miércoles, 9 de enero de 2008

De Ingenios y Artilúgios inútiles



Cuantas veces nos preguntamos si en realidad esa montaña de artilugios, cachivaches, y pelotudeces varias que plagan nuestros pequeños mundos algún día tendrán usos verdaderos y no solo serán meros adornos dentro de cajones, comodas o cajas.
Si bien es cierto los seres humanos tenemos esa compulsión a acumular verdaderas berraquerias en espacios compactos, tratamos de no botar nada por el simple hecho de que "Algún día nos serán de utilidad", pero inclusive esa supuesta utilidad es cuestionable en si misma, ya que aunque cueste reconocerlo cada uno de esos trastos son parte de nuestra memoria, desde una carta no correspondida hasta la más humilde de las boletas.
En estos momentos donde las camaras digitales con las capacidades más absurdas rellenan cada una de las vitrinas de malls y tiendas por departamentos, donde la oferta por capturar los momentos vividos se mueven entre los ivas más o menos ¿ qué podemos pensar?, a mi entender la técnologia aun no es capaz de captura el romanticismo de estos cacharros.
Es cierto, tildenme de cachurero pero a veces se me hace casi imposible la simple tarea de vaciar mi billetera de tarjetas, numeros telefónicos (muchas veces por no saber de quienes son) o direcciónes de mails. Veo en ellas momentos capturados, risas, oportunidades.
Además los cajones son casi como extenciones de mi mente, ya que guardan recuerdos vívidos y a veces demaciado patentes de noches de soledad, de ideas no terminadas , de proyectos indefinidos e inconclusos.
Ahora que la memoria es tan fragil, tan volatil clamo por una oportunidad para la defensa de aquellas cosas inutiles ¿ porqué no darles una chance? si, en algún momento cada una de ellas representó para nosotros practicamente que nuestra felicidad, como cita por ahí una obra de teatro famosa " Dabamos nuestro reino por aquella frase".